- Área: 2500 m²
- Año: 2015
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Fotografías:João Morgado
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Proveedores: Recer, Tecnorém, Wicanders
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Sobreiras - Alentejo Country Hotel está ubicado en una propiedad de unas 25 hectáreas en la Serra de Grândola, a 200 m sobre el nivel del mar, salpicada de alcornoques, encinas, olivos y variada vegetación endógena. Suaves colinas y un paisaje vibrante se extienden a un horizonte lejano.
Sólo a una hora de Lisboa y a pocos minutos del pueblo de Grândola, el medio rural en el que se encuentra la propiedad está favorecido en gran medida por la particular belleza del lugar, determinó el concepto guía - promover el disfrute de la naturaleza y el descubrimiento de la cultura regional.
El diseño es del arquitecto Miguel Correia, junto con el equipo multidisciplinario de FAT - Future Architecture Thinking, con cerca de 30 miembros entre los arquitectos, planificadores, arquitectos paisajistas y diseñadores.
La preocupación por la preservación y la mejora de las características físicas y morfológicas del sitio, dictó los principios básicos de la intervención: un diseño simple y elegante inspirado en la naturaleza que lo rodea con la riqueza de los paisajes y sabores de Alentejo.
El objetivo era valorar y favorecer el medio rural que rodea el hotel, teniéndolo como tema, buscando brindar un espacio para disfrutar del campo, lleno de confort y tranquilidad, en un ambiente sencillo y contemporáneo.
En la cima de la colina elegida para ubicar el hotel, la vista se extiende panorámicamente hacia el este. La fauna de la montaña se revela en los sonidos que habitan en los campos. El cielo en constante cambio transforma el paisaje multiplicando sus vistas. El tiempo pasa lentamente y con tranquilidad.
La disposición de los árboles existentes en el lugar de implantación llevó a su división en varios módulos entre los árboles, preservando y protegiendo el patrimonio forestal, mientras se aprovecha este entorno natural único.
El hotel consta de ocho volúmenes que "descansan suavemente" encima del suelo a través de una estructura suspendida que minimiza el sellado del suelo y la extensión de la zona afectada por las fundaciones.
El volumen más grande contiene la entrada y la recepción y también un conjunto de zonas comunes y de estar. Los volúmenes más pequeños, incluyen áreas técnicas, de almacenamiento y de servicio. Los 5 volúmenes restantes de tamaño aproximadamente equivalente, cuentan con 22 habitaciones y 2 suites, todas con amplios espacios, diseño minimalista y terrazas privadas, dispuestas en grupos de 4 o 5 unidades, proporcionando toda la comodidad y privacidad para disfrutar de la tranquilidad del campo.
Los edificios, desarrollados formalmente de los volúmenes combinados para evocar la imagen tradicional de una casa, buscan identificarse con las características de la arquitectura tradicional de la región, en la sobriedad de líneas y materiales.
Troncos de madera utilizados en fachadas establecen un diálogo con el paisaje circundante, en contraste con estos edificios blancos de geometría simple y refinada.
La preocupación por la estabilidad térmica del edificio, esencial para la gestión sostenible de los recursos energéticos necesarios para el funcionamiento del hotel y de la comodidad de las instalaciones, se refleja en algunas de las opciones arquitectónicas tomadas.
Las aberturas se enfrentan preferentemente al este, al igual que en la arquitectura tradicional de la región, para la protección de la fuerte intensidad del sol hacia el oeste. Grandes luces tienen la intención de tomar ventaja de la vista panorámica, destacando el paisaje expuesto como un gran cuadro dentro de cada espacio.
Para asegurar la protección de estas grandes luces durante los períodos de luz solar más agresiva, terrazas y porches se crean a través de los techos extendidos y troncos de madera verticales que se usan para el sombreado.
Tanto las paredes y techos exteriores e interiores fueron diseñados y caracterizados teniendo en cuenta las necesidades de aislamiento térmico y acústico de los diferentes espacios. También la elección de los marcos térmicos de las ventanas con vidrios con características específicas prescritas para el sitio, toma en cuenta el confort térmico del edificio. Las aberturas en paredes opuestas, en dormitorios y salas de estar, favorecen la ventilación natural.
Todas estas medidas integran un sistema de climatización pasiva, que tiene como objetivo minimizar la necesidad de utilizar sistemas activos complementarios.
Los sistemas seleccionados para satisfacer cada una de las necesidades técnicas del edificio, tiene que ver con el respeto por el ecosistema y tienen por objetivo la eficiencia y la sostenibilidad de todo el conjunto.
Con el fin de optimizar recursos, el sistema de construcción combina paneles de silicato de calcio y una estructura de soporte de techo de perfiles metálicos. Los paneles consisten de dos láminas de silicato de calcio, que proporcionan rigidez, llenas de mortero y EPS, que garantizan ligereza y alta resistencia térmica y acústica, adaptando al panel a los más diversos usos. La elección de este sistema de construcción consideró una mayor optimización en la construcción, reduciendo la necesidad de mano de obra y tel iempo de ejecución, permitiendo la realización de las obras en un solo año.
La sostenibilidad de la intervención fue evaluada en el contexto local, teniendo en cuenta el impacto ambiental y las necesidades de recursos energéticos, así como la viabilidad técnica y económica de la infraestructura, con respecto a la instalación, mantenimiento y operación de los mismos.
Dado que el agua es un recurso clave, las características climáticas de una región como Alentejo imponen la demanda de su gestión óptima. Como medida de ahorro de agua, todos los grifos y duchas del hotel incluyen dispositivos de reducción de flujo, y los grifos y duchas de áreas comunes también incluyen temporizador. Se proporcionó un sistema de energía solar para calentar el agua.
La extensión de tejados inclinados considera un sistema de recojo de agua de lluvia que permite su uso para el riego para combatir la escasez ocasional de este recurso.
El diseño del paisaje interviene sutilmente en el territorio con el objetivo de preservar y resaltar sus características naturales. La intervención se centra en el lado oeste de la colina, donde el acceso y los edificios se levantan, dejando intacto el lado este que forma el entorno natural del hotel.
El mantenimiento de la dinámica natural de este sitio es la base de esta intervención que en el espacio exterior radica en el uso de materiales naturales y ecológicos. La ruta de acceso al hotel es de arena para una mejor integración en el paisaje y preservar la permeabilidad del suelo.
Cada edificio está precedido y enmarcado por una banda espesa, que sigue todo el sendero de acceso a las habitaciones, enfatizando la mutabilidad del paisaje a través de las diferentes expresiones que asume todo el año. La definición de las superficies plantadas se ha reducido a lo esencial - reducir al mínimo el uso del riego y mantenimiento - dejando el protagonismo al bosque de alcornoques.
El resto del terreno conserva las características naturales del paisaje del Alentejo - el "montado", los prados de montaña y la estacionalidad inherente - que constituyen la esencia misma de la intervención.
Los diversos espacios al aire libre están diseñados para el ocio, aprovechando la extraordinaria belleza del paisaje, y la piscina parece invitar a una inmersión auténtica en la naturaleza, con el horizonte a la vista.
Nota: Este proyecto fue publicado originalmente en 22 Febrero, 2016